Mientras en nuestro País el crimen organizado peruano, encabezado por los capos del narcotrafico, va tomando cada vez una peligrosa forma, ayer los pedigüeños y arrastrados de la derecha nuevamente han salido a despotricar, no contra el peligroso avance del narcoterrorismo, sino para variar de Hugo Chavez y Evo Morales.
El primero fue el escritor Mario Vargas, en el diario El Comercio, donde pone su lamentable pluma servil al servicio de "su majestad", el mononeuronal Juan Carlos I e insulta a Hugo Chavez.(No hace más que rebuznar, así que no hay nada que comentar).
Vargas se pone al unisono con esa derecha peruana carroñera. Esa derecha que nunca dudó en apoyar los golpes de Estado si era en beneficio propio, esa derecha que se vendió a Garcia, a Fujimori y Montesinos y nuevamente a Garcia,esa derecha parasitaria que ha hecho fortuna gracias a robos millonarios al Estado o por obtener beneficios del mismo, esa derecha que se vende a los Chilenos, esa derecha que cree tener sangre azul, cuando todos saben el origen de sus antepasados Italianos, Alemanes, Ingleses, Irlandeses, Franceses etc.
Luego, en la noche de ayer salió, el desgarrado cerebral, y no sólo cerebral, Jaime Bayly, un cocainómano que se hizo famoso por contar todas sus aventuras homosexuales. Libros que solamente podían tener éxito en un país, por el momento, inculto como el nuestro.
Este mutante sexual hace gala de su racismo y presenta una especie de comics ridículos, llamando a Hugo Chavez, King Kong Rojo(negro?) y caricaturizando a Evo Morales como alguien que no sabe pensar( indio bruto?).
Pero, como si fuera poco, este tipo embrutecido por toda la cocaína que ha consumido y probablemente sigue consumiendo, también humilló al abogado que esta denunciado a Garcia por el acoso a su esposa. A este renacuajo le parece "normal" lo que ha hecho Garcia. Joder!!
Par de idiotas!!, el enemigo está acá, es gente que se encuentra dirigiendo y formando sus organizaciones criminales desde las Instituciones del Estado y apoyados por un sector privado criminal.
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